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jueves, 29 de noviembre de 2012

Cómo encauzar el egoismo de los niños

Reconocer que también existen los demás sin perder la propia identidad es una tarea intelectual que un niño de 2 años todavía no puede entender. Es un aprendizaje lento y progresivo cuyas claves no empezará a descifrar hasta los 6 años. Hasta que no pueda comprender realmente los valores que rigen su sociedad no podrá comportarse de acuerdo a ellos. Pero no es conveniente esperar tanto: hay que procurarle cuanto antes muchos contactos sociales y guiarlo para que aprende a convivir y a compartir.
Cómo nos gustaría que no cogiese nunca pataletas al grito de “¡es mío!” Es una expresión que indica que no le gusta que le priven de algo que él considera suyo y a estas edades es una situación bastante frecuente ya que todo había girado en torno a él y a partir de ahora deberá aprender a compartir. 
  • Lo primero es ayudarle a distinguir entre lo suyo y lo que no lo es, marcando, por ejemplo, sus cosas con una señal y haciéndole ver también que hay cosas que son de todos y que hay que cuidarlas y dejarlas en su sitio cuando se terminen de usar.
  • El siguiente paso sería enseñarle a intercambiar sus juguetes, que acepte prestar la pelota a cambio del cubo y la pala. 
  • Por último, aprenderá a regalar: haciéndole ver que dicha acción hace sentir mejor a los demás, interiorizará la grandeza de ser generoso y, lo más importante, a disfrutar con ello.
Ser generosos significa compartir voluntariamente lo que uno tiene: pertenencias materiales, tiempo, sentimientos, experiencias... Pero significa también aprender a recibir. Para poder compartir es importante aprender a apreciar el valor de lo que poseemos.

10 consejos para ayudar al niño a superar el egoismo

  • •Déjale muy claro lo que es suyo, lo que es de todos, lo que no se puede tocar... • Hazle ver las ventajas de compartir: es más divertido jugar todos con todos los juguetes que cada uno solo con el suyo. •
  • Establece turnos claros y justos para evitar conflictos. • 
  • Sugiérele distintos modos de compartir (intercambiar juguetes, prestar libros, repartir chuches...) • 
  • Déjale que se esfuerce: permite que de cuando en cuando tenga iniciativas generosas; más adelante, podrá hacer algún regalo con el dinero que ahorre... • 
  • En las ocasiones en las que vosotros estéis compartiendo o cediendo, explicadle lo que estáis haciendo y lo contentos que os sentís al hacerlo. • 
  • Aprovecha las Navidades, su cumpleaños o alguna campaña, para que elija juguetes en buen estado y pueda obsequiar a otros niños que quizás no tengan su suerte. • 
  • Cuando le cueste compartir, recuérdale lo contentos que se pondrán los demás y lo bien que te sentirás tú al saber que él va a disfrutar. • 
  • Hazle saber si estás colaborando en labores sociales, formativas o benéficas • 
  • Proponle “encargos” para favorecer que salga de su egocentrismo y se entregue a los demás aprendiendo a valorar y a compartir su tiempo y su esfuerzo. • 
  • Ten constancia a la hora de fomentar su generosidad, aunque parezca que no se avanza nada.
Será mucho más fácil conseguir que el niño comparta si ve en dichas personas un buen ejemplo a seguir. En este sentido, un ambiente de generosidad en la familia será un modelo muy adecuado para el niño porque interiorizará esta virtud sin que sus padres tengan la sensación de estar enseñándola.
Si los padres sonríen o agradecen con entusiasmo las pequeñas iniciativas de sus hijos en este sentido, los estarán motivando a seguir teniéndolas, con ellos mismos en un primer momento y con los demás después. Hay que valorar cualquier pequeño esfuerzo, aunque en principio pueda parecer insuficiente.
Virginia González Psicóloga y profesora de Educación Infantil

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