Pero, el perro también es un ser vivo con necesidades que hay que estar dispuesto a satisfacer y que entrañan una serie de sacrificios. Ambos aspectos deben ser valorados correctamente antes de llevarlo a casa.
Los perros pueden aportar beneficios a los niños. Pueden ser una importante influencia en el desarrollo psicológico del niño. Los animales permiten el aprendizaje de valores como el respeto, la comprensión del sufrimiento ajeno o la percepción de que hacer daño no es bueno.
En el aspecto emocional, la buena relación de un niño con su mascota puede ser una excelente escuela para aprender a querer y ser querido. Además, el perro le permitirá aumentar su autoestima, por ejemplo, en el caso de que no vaya bien en el colegio, ya que esa relación se convertirá en su primer éxito.
Sin embargo, es importante saber que las mascotas tienen también una serie de necesidades que no pueden ser descuidadas. Todos los perros requieren atención, cariño y ejercicio. Sin olvidar que su salud, higiene y correcta alimentación representarán un respetable capítulo de gastos que hay que estar dispuesto a afrontar para mantener al animal en óptimas condiciones.
Es importante sacar al perro a la calle al menos tres veces al día para corretear y hacer sus necesidades. Con ese punto de partida, hay que ser, además, consciente de que cada raza tiene unas características propias que no deben ser desdeñadas, empezando por el tamaño.
Además, no hay que perder de vista que cada raza tiene unas características determinadas que, aunque puedan ser modificadas posteriormente de acuerdo con la educación que se le dé y el entorno, marcan su carácter. Hay un sinfín de perros que se caracterizan por ser muy buenos compañeros de los niños, pero unos tienen un carácter más nervioso que otros.
Para satisfacer esas necesidades es imprescindible que antes de decidirnos a tener un perro en casa nos aseguremos de que estamos dispuestos a hacer el sacrificio. Sobre ese particular, esta adiestradora lamenta que muchas personas no se asesoren previamente sobre el tipo de can que van a adquirir.
El perro en la familia
En general, los especialistas aseguran que la clave de una buena convivencia está en considerar al perro como uno más de la familia, dejando clara cuál es la jerarquía. Uno no puede pretender encontrar en la mascota compañía y que, al mismo tiempo, se tire al cuello de los desconocidos, argumenta.
La directora de la Fundación Purina recomienda a las personas que quieren una vigilancia en la casa que instalen una alarma, ya que un perro entrenado para atacar es como tener una pistola cargada al alcance de un niño. Es necesario educar al animal para la convivencia. Enseñarle, por ejemplo, que debe retirarse cuando se le ordena, que no se ponga a lamer a las visitas, que no cruce solo la calle, etc.
Dolores Torner es partidaria de educar a los perros reforzando más el premio que el castigo, de manera que el animal asocie el buen comportamiento con una caricia o con los elogios.
Elena Ávila. Periodista
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